El cepillo de dientes debe cambiarse regularmente, la recomendación es hacerlo cada tres meses. Pero en especial, debemos hacerlo si hemos estado enfermos, con algún virus o infección en la garganta, ya que las bacterias pueden almacenarse en las cerdas. Además, estas últimas van desgastándose y perdiendo eficacia en la eliminación de la placa dental.
No podemos olvidar que para mantener el cepillo limpio y proteger nuestra salud bucal debemos secarlo tras cada uso, ya que pueden ir acumulando hongos y gérmenes. Así que, tras usar el cepillo, agítalo bajo el agua y colócalo verticalmente para que se seque.
Que este año tu higiene dental sea una de tus prioridades.